Todo lo que ingerimos y más cuando se trata de alimentos que no son adecuados o presentan algunas deficiencias en cuanto al aporte nutritivo, se manifiesta con el paso de los años en nuestro organismo, al igual que sucede con las dietas hipo-calóricas o las que muchas personas realizan sin prescripción médica.
Durante los años 60 se elaboraron una gran cantidad de pirámides alimentarias sin ningún rigor científico y en las cuales indicaban como aconsejables algunos alimentos como las carnes, los huevos o la leche como primordiales, que necesarios lo son, pero esto ocasionó el aumento de los problemas circulatorios, problemas cardiacos, diabetes, etc.
Todavía rondan algunas publicaciones con este tipo de pirámides y lo más asombroso, que a pesar de las informaciones publicadas en diversos medios, actualmente hay quien las sigue pensando que son las más beneficiosas para el organismo.
Ya hemos hablado unas cuantas veces sobre la importancia de una dieta adecuada y equilibrada que aporte a nuestro organismo las grasas, los carbohidratos, las proteínas y todo lo necesario en su justa medida para una adecuada alimentación. Incluso hoy en día se habla de una dieta a nivel genómico con el fin de una correcta alimentación.
Por suerte, la mayoría de las pirámides alimentarias también han evolucionado y se han basado en estudios de rigor científico. Actualmente hay una gran cantidad de ellas dependiendo de la dieta y de las características de la persona.
En resumen...:
Somos lo que comemos, tan sólo hay que ver las consecuencias de llevar una determinada dieta para darse cuenta, aunque cuando este momento llega puede ser irreversible. Nuestro organismo es un espejo que termina reflejando la dieta que nosotros llevamos.